Olvidados por la historia: Francisco Maturana Cerezuela

Escrito por José Antonio Muñoz Devesa. 28 de junio de 2021, lunes.

Muchos fueron los murcianos que abandonaron la región a causa de la Guerra Civil, entre ellos bastantes de La Unión. En un artículo anterior, ya enumeré la cantidad de estos que acabaron en los campos de concentración del III Reich. Sin embargo, no cité a Francisco Maturana (marcado con una 'X' en la foto adjunta), un unionense que contribuyo a liberar la ciudad de Paris del horror nazi.


El final de la Guerra Civil provocó el exilio forzoso de miles de republicanos españoles, incluso antes de la conclusión de esta, convirtiéndose Francia en la principal zona de acogida. El motivo de la huida se explica por la dura represión ejercida por el bando franquista en las zonas conquistadas.

Camino de Francia marchó Francisco Maturana, minero y directivo del Partido Comunista de La Unión. A su llegada a Francia, este fue hacinado junto a otros miles de españoles en un campo de acogida que no cumplía con las condiciones básicas para vivir. Algunos ejemplos son el campo de Saint-Cyprien, Le Barcarès o el campo de concentración de Argelès-sur-Mer.

En el trascurso de la Batalla de Francia, muchos republicanos pidieron enrolarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y en los batallones de extranjeros del ejército francés, a pesar de la desconfianza de los oficiales hacia estos ¨rojos¨.

A finales de 1942 son numerosos los que se unieron a la resistencia y las fuerzas francesas libres. Los exiliados republicanos esperaban que después de la caída del nazismo, la liberación de Francia contribuirá a la reconquista de su país. De hecho, durante la liberación de París el primer destacamento del ejército de Leclerc que entró en la ciudad era una sección española.

Los soldados de La Nueve fueron los primeros en entrar en París para liberarlo de la ocupación nazi y lo hicieron bajo dos banderas tricolores, la de la Segunda República española y la de Francia, el que acogería como paisanos a los supervivientes de esta legendaria unidad del Ejército de Liberación al acabar la Segunda Guerra Mundial.

La Nueve, como se conocía a la Novena Compañía de la División Leclerc, fueron los primeros en llegar al Ayuntamiento de París, donde se habían atrincherado miembros de la resistencia y ciudadanos para liberarlo. En los vehículos de las fuerzas aliadas que vieron desde el edificio podían leerse rótulos como “Guadalajara”, “Ebro” o “Jarama”, nombres de batallas de la guerra civil que los republicanos habían pintado en los capós.

Unas horas antes, esta fuerza de combate, la única de las tropas de liberación en la que el castellano era la lengua vehicular tras haber sido fundada casi exclusivamente con españoles (144 de 160), habían sido los primeros en entrar en la ciudad. Y, unas horas después, tres de sus integrantes, detenían a Dietrich, el comandante de las fuerzas de ocupación nazis, en el Hotel Meurice, donde estaba instalado el alto mando.

Tras la liberación de París, donde escoltaron al general De Gaulle en el desfile de la victoria, el periplo bélico de La Nueve se prolongaría hasta primeros de mayo de 1945, con dos hitos: su participación en la campaña de Alsacia, los combates en los que más bajas sufrió la unidad hasta que cayó Estrasburgo, y la toma del Nido de Águilas, el refugio de Hitler en los Alpes bávaros.

"Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad (…), hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres...".

Estas palabras pertenecen al discurso que pronunció Dolores Ibarruri el 1 de noviembre de 1938, palabras de las que me quiero adueñar para invitaros a difundir la historia de estos hombres que tanto lucharon por la libertad y el progreso. No se trata de remover el pasado, una transición no es olvidar la memoria de estos valientes.

Ficha elaborada por el régimen franquista (anverso y reverso):

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