Como un disco de dos caras

'Unrised Queen' ofreció un homenaje a la mítica banda que lideraba Freddie Mercury con una primera parte cargada de temas pocos conocidos, para después del descanso ofrecer una sucesión de 'himnos' que hizo disfrutar a un público que llenó la plaza de Joaquín Costa.



Los que somos dela época dorada del 'tocata' recordamos, aquellos sencillos que, en la gran mayoría de casos, ofrecían por una cara un tema de moda de un grupo o cantante y por la otra, una canción bastante menos conocida. Algo así sucedió anoche con el concierto ofrecido por 'Unrised Queen'.



'Queen' surgió en 1970 y acabó en 1995. Mucho tiempo y muchas canciones. En ese tiempo, el carismático Freddie Mercury estuvo siete años, hasta que falleció a finales de 1991, pero su presencia puso al grupo inglés en la cima de su popularidad, enriqueciendo la calidad sonora de la banda con los temas que compuso (de ellos, bastantes éxitos) y por sus extravagantes puestas en escena, dejando el recuerdo de que 'Queen' ('reina', en español) era más que música y espectáculo. Tras la muerte de Freddie y el fin del grupo escasos años después, lo que más ha sonado desde entonces son los temas más exitosos, que han entrado en el baúl de 'los himnos', esas canciones inolvidables y que cuando suenan movilizan masas.



Dicho todo esto, volvemos a la cita de anoche en una plaza de Joaquín Costa llena de público girado hacia el escenario, pero con un 'lleno ideal', ése en el que todo está ocupado pero en el que no existe agobio para los presentes. Y empezó el concierto. Muchas ganas, pero, poco a poco, cierto desencanto. Muy buena la calidad musical del grupo y la voz de Rubén Sabater, pero las canciones apenas eran conocidas por los presentes. Valga como ejemplo que a los veinte minutos sonó la primera conocida ('A Kind Of Magic') y poco más hasta el intermedio a los tres cuartos de hora. Además, apenas había interactividad entre los músicos y los espectadores, además de una escenografía pobre, que se limitaba al quinteto actuante y a una pantalla donde se ponía escenas variadas, algunas de vídeos del original cuarteto inglés. Aquí cabe decir, por lo que pudimos conocer, que el Ayuntamiento de La Unión no autorizó los fuegos que lleva 'Unrised Queen'. La tragedia de Murcia está muy reciente, nos decía una cualificada fuente municipal.



El segundo tiempo fue otra historia, aunque también arrancó con una canción extraña para el público, pero enseguida cambió. Para volver a 'engrasar' los cuerpos, el grupo apostó con un rock (and roll): 'Esa tontería llamada amor' ('Crazy Little Thing Called Love', uno de los números 1 que tuvo 'Queen' y para el que el cantante, Rubén Sabater, se colgó la guitarra. Ahí ya cambió la cosa. Luego fueron brotando desde el escenario 'Don't Stop Me Now', 'Bohemian Rhapsody' (con el vídeo por detrás de los cuatro emblemáticos rostros sobre fondo oscuro), 'The Show Must Go On', 'Radio Ga Ga'... Incluso, en algún momento, encadenaba unas populares con otras, pues son muchos 'los himnos', como hemos apuntado. El epílogo abarcó a 'We Will Rock You' y el himno de los campeones del deporte, 'We Are The Champions'. Sucesión de ovaciones y estrofas que cantaba el público en un panorama que había cambiado por completo y que incluyó momentos jubilosos. La prueba de lo que decimos la tienen los móviles y los brazos. En la primera mitad apenas se veían estos terminales levantados, a diferencia de los numerosos que se observaban en el segundo acto. Si en un concierto el móvil está levantado, buena señal en cuanto a expectación y anoche comenzaron a emerger tras 'Esa tontería llamada amor'. Si está abajo y mucha gente tiene el rostro caído, malo. Lo mismo se puede decir de nuestras extremidades superiores, como muestras las imágenes de nuestra galería.

Fue la apuesta de 'Unrised Queen', dejar lo mejor para el final, como cuando comemos y queremos quedarnos con el bocado con más sabor, valga esta metáfora gastromusical. Indicar que el quinteto tiene integrantes de España, Italia y Argentina, siendo Paco Frutos quien presentó a sus compañeros y quien más comentarios y gestos dirigió al público, además de lucir un sombrero extravagante que puso algo de color a la actuación. También agradeció volver a La Unión después de una década y lanzó elogios hacia la 'Catedral del flamenco'.   

En resumen, lo mejor el segundo tiempo y la calidad vocal y musical del grupo, junto al 'ideal' lleno de la plaza y que personas de muy variadas edades tuviesen un punto de encuentro común. Que no se nos pase un apunte final. Esta vez no había altavoces a mitad de la plaza y en la parte inferior, como nos indicaron varios asistentes, se escuchaba poco.



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