La patrona ha tenido tres imágenes

Esta semana ha sido noticia de que se ha culminado la restauración de la Virgen del Rosario, pero, quizás, muchos no sepan que la 'madre de los unionenses' ha tenido tres versiones en la  historia. La primitiva era del siglo XIX, siendo destruida la Virgen en 1936, salvándose de la quema el niño. De 1940 a 1945 estuvo una talla creada en los talleres de Olot y desde 1946 'reina' la obra del ciezano Manuel Juan Carrillo Marco.  



La primitiva talla, según recoge el libro del templo del Rosario, se debió a la gubia (Formón) del artista murciano Francisco Sánchez Araciel. Estaba destinada a la ermita de Herrerías, siendo costeada por don Antonio Vivancos, popular tabernero de la vieja plaza del Mercado, abuelo de la prestigiosa bordadora Anita Vivancos

De factura barroca, estofada y policromada, aparecía la Virgen sentada sobre una 'gloria' plateada, celestial merengue salpicado de cándida angelería. Con la mano derecha portaba una pequeña cruz o estandarte, al modo de salzillesca Aurora, de Aledo, de la que guardaba claros ecos. Con la izquierda sostenía airosamente al niño, ofreciendo éste, a su vez, un afiligranado rosario de nácar engarzado en oro. Pronto, deteriorada por la humedad de la ermita, la imagen fue restaurada a finales del siglo por la hija del propio escultor, la cual cambió los ojos de la Virgen y el Niño, tallados, por otros de cristal, más en consonancia con los cánones salzillescos. No había procesión, entonces, que saliera sin la Virgen.

Trasladada la imagen en 1892 a la capilla del Hospital -ya sabemos que la ermita vieja amenazó pronto ruina total-, allí recibió provisionalmente culto hasta 1902, fecha de su emplazamiento definitivo en la nueva iglesia del Rosario, de la que salió por última vez en julio de 1936, pero en esta ocasión no para un nuevo y alegre desfile procesional entre sus gentes, sino para ser pasto de las llamas. Se salvó la imagen del niño, custodiada durante la Guerra Civil por una familia unionense, figurando más tarde en el museo privado de don Antonio Aguire.

Una bella, aunque modesta, imagen de la Virgen del Rosario, de Olot, adquirida en 1940, la sustituyó hasta 1945, para al año siguiente llegar a La Unión la creada por el escultor ciezano Manuel Juan Carrillo Marco, continuando en esta ocasión la linea salzillezca de los Roque López, Sánchez Tapia, Sánchez Araciel, etc. Esta talla, en madera ciprés, ha sido la que se ha sometido a la recuperación a su estado original en el Centro de Restauración de Murcia, donde se ha consolidado la capa de preparación y pictórica y el soporte de madera de la imagen.
 

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