Un pregón con sentimiento y propuestas

Tomás Martínez Pagán abrió, bajo un constante chispeo, la celebración de Cruz de Mayo de la Sierra Minera con una oratoria que combinó con la música y en la que se refirió a los grandes eventos de La Unión, rescató datos históricos, invitó a los vecinos a disfrutar de estas fechas y lanzó las ideas de organizar para futuras ediciones una feria gastronómica de sabores y un desfile de caballos y carruajes.


La séptima edición de la Cruz de Mayo que organiza la Cofradía del Cristo de los Mineros ha tenido como pregonero a Tomás Martínez Pagán, persona muy conocida por su activismo social en diversas parcelas y por su trayectoria profesional, además de sus vínculos procesionistas, siendo actualmente hermano mayor de honor de la Cofradía del Resucitado de Cartagena.

Novedad fue llevar el pregón de mayo de La Unión al balcón de la Casa del Piñón, engalanada para la ocasión. No era buena la megafonía, lo que contrarrestó Martínez Pagán con la fuerza de su habla, siendo perfecto comunicador y sabiendo cuándo aplicar las pausas, además de apoyarse en un texto muy bien estructurado, que salpicó con versos y música de sevillanas. Otro factor del pregón fue el constante chispeo de agua del cielo, pero esto era algo no previsto.



El pregonero comenzó su "perla engarzada en filigrana" asegurando que La Unión "es poesía", para después aludir al Cante de las Minas y las Fiestas del Rosario en la vida de cada año "en esta gran ciudad de la alegría", comentario que le sirvió para enlazar con unas cruces de mayo "para disfrutar con diversión, gracia y embrujo". Tras la primera sevillana, aseguró que esta es "tierra de tradiciones" y que ahora toca "confirmar las cruces de mayo". Se refirió al significado original de la floreada cruz y pidió a los vecinos que lleven "la alegría" a sus hogares y puntos de convivencia. No pasó por alto el significado de la manzana con unas tijeras clavadas que se observa en la mayoría de estas cruces. "Es para 'cortar peros', para que no se le ponga un sólo 'pero' al trabajo de otros", expuso.  

Tomás Martinez Pagán viajó en el tiempo para rescatar datos históricos, como que el origen de la cruz de mayo en La Unión se sitúa en 1867 en Herrerías, como señala el cronista oficial, Gonzalo Wandosell, y también hizo alusiones al inicio de las procesiones siglos atras, para después apuntar la reactivaciones de 1947 y de 1992, que es la que continúa en la actualidad.

El cartagenero de gran cariño unionense es persona inquieta, como ha demostrado en su vida, dejando huella y abriendo caminos en los lugares por los que ha pasado. Por ello, no pudo evitar lanzar unas propuestas para el futuro de esta fiesta. Planteó crear una feria de sabores con los locales gastronómicos, organizar un desfile de caballos y carruajes por la calle Mayor y vincular esta celebración con cofradías de otras tierras. Las ideas quedan lanzadas.

Su discurso iba cargado de cariño hacia La Unión "con palabras que llevan más sentimiento que conocimiento", aunque de estos último no se quedó corto, como reflejó en los numerosos nombres de personas mentadas y de hechos del pasado. Se refirió a la cruz "floreada y minera" montada por el Ayuntamiento en la fachada de la Casa del Piñón y al lugar desde donde ofreció oratoria, el mismo balcón en el que estuvo hace 45 años en la casa de la familia Barrionuevo con motivo de una nochevieja.

Por supuesto, además de un expresivo "¡La Unión, cuánto te quiero!", no faltaron los vivas lanzados y sus réplicas entre los asistentes, siendo el colofón el himno de España a la vez que al fachada de la Casa del Piñón se convertía en una gran bandera nacional entre aplausos.

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