Eran dos y son muchos

Emma Ozores y Rubén Torres, interpretando a una amplia variedad de personajes y situaciones, se ganaron la ovación final que recibieron en el Mercado Antiguo de La Unión con la puesta en escena de una simpática y ágil comedia, diferente a lo habitual y cargada de ingenio, que fue la última obra escrita por Antonio Ozores.



La utilería (o atrezo) de '¡El último que apague la luz!' era mínimo. Sólo dos sillas y una mesa de plancha, además de algunas pelucas y poco más. Si con tan pocos objetos una puesta en escena teatral consigue conectar con el público es porque tiene un guión y una interpretación de altura, como fue la que llevaron a cabo ante unos trescientos espectadores Emma Ozores y Rubén Torres sobre un texto que escribió el recordado Antonio Ozores (apareció en unas doscientas películas), padre de la actriz y un exponente más de una talentosa saga, los Ozores (José Luis, Mariano, Antonio, Emma, etc.), que han hecho reir a muchos españoles, como sigue haciendo la gran cómica madrileña, quien deja patente que disfruta cuando el público disfruta.



Se anunció como una comedia surrealista, pero en realidad ofreció una temática muy cercana a todos, con motivos disparatados, que consiguió ganarse el interés del público en sus 93 minutos de desarrollo por su agilidad en los diálogos y la chispa de sus dos protagonistas.



A partir de los extravagantes Violeta y 'el señor basura', quienes trataban de ligar con rarezas, numerosos personajes fueron apareciendo a base de la interpretación y la imaginación del público, que en minutos tenía que cambiar de chip o imaginarse que había un bombero sentado o una parada de bus.



Trataron muchos temas, desde el aburrimiento en la pareja a pedir un divorcio por tener una esposa maravillosa o a acometer una estrenada paternidad con un bebé equivocado, además de explicar a los presentes antiguos recursos teatrales, desde el pensamiento en voz alta (los 'apartes') o pagar la mitad de la entrada con el compromiso de aplaudir (la 'clac') hasta patalear para expresar que no gusta algo, como sufrió Rubén en esta ocasión tras recitar un verso, instados por Emma.



También hubo algunas críticas en clave de humor y una muy evidente contra el machismo con ambos actores representando a dos ancianos.



Otro momento especial fue el homenaje al autor, Antonio Ozores, a quien se escuchó en 'off' por la megafonía con una de sus incomprensibles alocuciones en tono muy razonable, culminado con el que fue muy popular "¡No hija, no!".



'¡El último que apague la luz!' gustó por la interpretación de su ágil y divertido texto que, sin llegar a la carcajada, mantuvo la sonrisa en todo momento y no tuvo ni un instante de sopor. Justificó plenamente que, desde que se estrenó hace muchos años, haya sido aclamada por la crítica y se haya hecho merecedora de diversos galardones, como el 'Premio nacional a la mejor comedia 2010' y otros, como la distinción como mejor actriz que otorgó 'Ojo crítico' de RNE y otros premios como mejor comedia en Edimburgo y Nueva York.    


 

P.D. Agradecer, en nombre de los que estaban en el lugar citado a la hora indicada, que la obra comenzase con sólo 5 minutos de 'cortesía'. Se nota la profesionalidad. ¡Sí hija, sí!

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