Medio siglo de la 'Llegada del apóstol Santiago a Portmán'

La obra mural del artista unionense Francisco Conesa Hernández (Paco Conesa) ubicada en la iglesia ha cumplido cincuenta años.


Cuando viajo, no hay iglesia, templo o catedral que se me resista. Siempre está en mis itinerarios artísticos y turísticos conocer arte y aunque no sean relevantes en cuanto a periodos históricos sobradamente reconocidos, la atracción está presente.


Desde el primer día que pisé la iglesia de Santiago Apóstol de Portmán me sedujo un mural, que rompía con las normas de un retablo tradicional, hornacinas y esculturas que formaran parte de un entramado acondicionado. Este mural, excepcional, cumplía con la religiosidad en lugar donde se ubicaba, Santiago fue… y es Apóstol, y según la leyenda por Portmán, pasó.



La pintura sustituiría a ensamblajes de madera policromada al gusto de épocas de la antigüedad clásica que por cierto, también es grande mi atracción.

Una pintura que reflejada la historia y singularidad de un pueblo despojada de toda riqueza, hasta el punto que los personajes, en la semidesnudez, se hallaban por esconder sus partes pudientas y que dignamente y con gran exquisitez y maestría, el Maestro Conesa supo encubrirlas con taparrabos para que el escándalo no fuera fuente de distración durante las eucaristías y actos que en la casa del Señor acontecieran.

Y personajes de la propia tierra formarían parte del mismo, como lo fuera "María Trajines", como se le conociera a esta portmanera, en donde la observamos con batea de pescado sobre la cabeza, formando parte del gran trabajo.



El artista manifiesta su gran maestría en la composición de la escenas, el trabajo con el cuerpo adaptando los mismos al espacio. Movimiento y expresividad forman parte de esta magnífica obra. El trabajo de los hombres y mujeres de la mar y la lucha ante la adversidad, y también el consuelo. La Bahía de Portmán y la tempestad con motivos alegóricos: barcos que hay que mantener a flote, redes, caracolas...y lo más importante la perfección en el estudio del cuerpo humano que Paco hiciera no sólo en esta obra sino a lo largo de su extensa producción artística.



Esta inmensa y singular obra de arte sería reubicada, casi cuatro décadas más tarde, del Altar Mayor a la capilla lateral derecha de la iglesia conllevando este proceso la mutilación de parte del mural para ser adaptado al nuevo lugar en el que descansa, de las alturas pasó a casi a ras de suelo ajustándose al rodapié de la capilla lateral derecha y mirando de soslayo su antigua ubicación a quien le hubo usurpado tan distinguido y merecido lugar, para lo que el nuevo enmarcado tuvo que ser doble, uno para la obra recortada y el otro para la firma del autor puesto que esta quedó cortada para su adaptación al nuevo espacio.




 
Magnífica obra mural que Paco Conesa  realizara en octubre de 1971, a la edad de 27 años, para la iglesia de Santiago Apóstol de Portmán donde el artista unionense trabajaría para decorar el Altar Mayor.

El encargo del mural se haría siendo cura ecónomo de la parroquia de Santiago Apóstol, D. Luis Díaz Martínez (1968-1972), quien también se encargara junto a unos niños en 1969 del hallazgo de los restos de la villa romana del Paturro. El sacerdote fallecía a los 81 años en Águilas el 20 de marzo de 2021, habiendo sido nombrado Cronista Oficial de la Villa de Águilas en 2003.

Señalamos el lugar del mural en donde aparece el nombre del autor, fecha de ejecución y nombre del cura de la iglesia en ese momento. Para poder observarlo puesto que entró en lo que sería el recorte de su parte inferior.

Y así fue como el gran mural artístico religioso, creado en 1971, sirvió de telón de fondo a cuántos actos se celebrarían durante cuatro décadas en la iglesia de Portmán hasta que el sacerdote desplazado por aquel entonces, ‘de cuyo nombre no quiero acordarme’, decidiera su reubicación en la capilla lateral derecha de la iglesia, a cambio de ser sustituido por un moderno retablo con capiteles jónicos y corintios, que no aparecerán en mi artículo, que gran aportación económica hubo que hacer para tal encargo y a la que se sumaría el desmontaje, montaje y adecuación de la obra de Conesa al nuevo espacio habiendo de mutilarse para su adaptación por sus grandes dimensiones.

El Altar Mayor perdería la identidad de un pueblo, que el artista conocía perfectamente pues era unionense y hubo realizado el servicio militar en la batería de costa de ‘La Chapa’.

El 6 de octubre de 2.014, arribamos a Portmán con el artista y mi buen amigo Jan Hugo Saabye, imagen que es la protagonista en este último día.


 
Paco quería hacer memoria del tiempo pasado aunque se negaría rotundamente a visitar su obra en el lugar al que no fue destinada. Los oídos de Paco jamás fueron consultados, sería por medio de un amigo suyo de origen italiano, que a propósito decidiera acercarse a la iglesia para admirar la obra, quien le transmitiera el lugar donde ahora se hallaba. Los recuerdos afloraron y también las cervezas y vinos que acompañaran a la buena gastronomía del lugar esa mañana. Dos años más tarde fallecería, acordando el pleno del Ayuntamiento de La Unión, en febrero de 2.017, concederle el título de Hijo Predilecto de La Unión al artista reconocido mundialmente al que transcurrido cuatro años de su nombramiento, no llegó a celebrarse el acto institucional de su proclamación.

De la magnífica obra quedan muchos recuerdos y otros grandes murales que pintara para la Parroquia del Rosario de La Unión, “Triunfo de la iglesia” que se encuentra en la capilla de dos de sus grandes obras escultóricas pasionarias de la Semana Santa Minera : “Cristo Yacente” y “Santa María Magdalena” y la que pintara en la ermita Virgen de los Llanos ‘Coronación de la Virgen’, de Aguilar de Campoo en Palencia.
“Quien” dijera de Paco Conesa que no era hombre de fe, se equivocaba y al menos dos, erraron en la vida del artista.

Nos queda el consuelo de que la “Llegada del Apóstol Santiago a Portmán”, al menos descansa frente al gran maestro unionense Asensio Sáez quien pintara también sobre tabla un singular Vía Crucis con quince estaciones un año más tarde a la obra a la que le dedicamos nuestro homenaje.

La iglesia de Santiago Apóstol de Portmán data de 1888. En la misma se encuentran también las imágenes de Santiago Apóstol, Patrón de Portmán; la Virgen del Carmen, Patrona de los hombres y mujeres de la mar; el Stmo. Cristo del Silencio y Virgen Dolorosa que procesionan en la medianoche del Jueves Santo, entre otras imágenes.
Merecida ahora por sus cincuenta años, y siempre el que sea contemplada dentro de los itinerarios turísticos de nuestra ciudad junto a las preciadas obras que le acompañan.
Paco Conesa, siempre, y hoy… más.

Ayer, 22 de octubre, resultó un feliz cuarto viernes de octubre y también fue un día de felicitación por la recuperación de los desfiles pasionales para 2022.


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