La 'solidaridad organizada' de Murcia Acoge en La Unión

La organización apuesta por la colaboración con las administraciones para gestionar la llegada de refugiados de forma eficiente. Manifiestan que en muchos casos, estas personas son víctimas de trata y otros problemas a consecuencia del conflicto. En la imagen se observa en la sede unionense a Silvia García y Patricia Mompeán, quienes relatan, entre otros casos, que hay “un matrimonio que aunque vive aquí, pero que su hijo aún permanece en Ucrania sin poder salir”.  



Han pasado más de dos meses del estallido de la guerra en Ucrania. Europa no se enfrentaba a un conflicto de esta magnitud desde hacía casi 80 años, y la devastación de las acciones militares ha llevado a millones de ucranianos a abandonar su país. Como consecuencia, el resto de los países europeos se han enfrentado a una llegada masiva de personas a sus territorios. En España, el presidente del gobierno informó el pasado 20 de abril de la llegada de 134.000 ucranianos, y se prevé que puedan llegar más. En esta tesitura, el papel de ONGs está siendo fundamental para organizar a los inmigrantes.

En nuestro municipio se encuentra una de las delegaciones de Murcia Acoge, asociación que trabaja para ayudar a personas inmigrantes. Patricia Mompeán, presidenta de la asociación, y Silvia García, coordinadora del Programa de Protección Internacional, nos describen de qué forma se está trabajando ante la llegada de tantas personas a la Región.


Solidaridad organizada

Durante las primeras semanas del conflicto, mucha gente se volcó con el apoyo al pueblo ucraniano. Se organizaron colectas por toda España con el fin de llevar ropa, alimentos y medicinas al país, e incluso hubo colectivos que se acercaron a la frontera a recoger exiliados. Sin embargo, Murcia Acoge apuesta por un modelo de “solidaridad organizada” colaborando con las instituciones.

La presidenta de la asociación describe la labor que realizan de la siguiente manera: “Trabajamos en cinco áreas distintas que son educación, inserción social, inserción sociolaboral, jurídica y desarrollo de la convivencia cultural. Dentro de estas tenemos diversos programas. Nuestros fuertes ahora mismo son el tema de la documentación, es decir, información y asesoramiento en materia de extranjería, y ahora mismo también la acogida. Tenemos bastantes pisos en la ciudad de Murcia que proporcionamos a persona vulnerables, a personas sin hogar… Ese es otro punto fuerte que estamos desarrollando”.

Asegura que los inmigrantes que han llegado a La Unión y alrededores cuentan con redes familiares que les han permitido instalarse en hogares sin la necesidad de solicitar estas plazas. Por tanto, la labor de la sede de este municipio se ha limitado por ahora a “proporcionar información y asesoramiento para obtener la protección temporal en extranjería”.

La coordinadora del Programa de Protección Internacional explica más en profundidad los detalles y el funcionamiento del sistema de acogida: “En el sistema de acogida se proporcionan unas ayudas mínimas de atención a las necesidades básicas. Un hogar, en el que todas las semanas se compran comida y productos de limpieza; una pequeña ayuda de bolsillo de 50 euros al mes; unas ayudas para comprar material educativo; una pequeña cantidad de dinero para comprar vestuario de 90 euros cada seis meses…”. Mientras explica las características, hace una pausa para reflexionar sobre “el amarillismo y la xenofobia” que, asegura, se dan con frecuencia ante este tipo de iniciativas. “Es un sistema que está muy bien porque garantiza que las personas no se queden en situación de calle, pero es temporal. Cuando pasa esta fase la gente tiene un poco más de autonomía, y les toca buscarse un hogar de alquiler. Para ese proceso también los ayudamos, porque no todo el mundo está dispuesto a alquilar su casa a inmigrantes”.

Patricia Mompeán destaca que este sistema también se aplicará a las personas con nacionalidad ucraniana que ya estaban en España antes de que el conflicto se iniciase “y también para aquellos nacionales de terceros países que residían en Ucrania, demostrándolo”.


El problema de la trata de personas

El viaje hasta España es largo y costoso. Los que no disponen de un vehículo propio se ven obligados a asumir muchos riesgos. Y uno de ellos es la trata. “Las víctimas de trata vienen siempre por el engaño. Ahora es tan sencillo como poner un coche en la frontera y disponerse a traer a la víctima a España”, explica Silvia García, que además cuenta que en muchas ocasiones los responsables de la trata de una persona son miembros de su círculo cercano, que aprovechan su confusión y la carencia de documentaciones. Además, este problema no solo se da con fines de explotación sexual, sino también laboral, entre otros. La presidenta de la asociación asegura que ante estos casos es muy importante ponerse en contacto con la policía. “Las víctimas tienen miedo de ser detenidas, pero es todo lo contrario. La policía es la única entidad que puede ayudar a salir de una red de trata”.


“Los ucranianos quieren volver a su país”

A las oficinas de Murcia Acoge han llegado algunas historias de boca de las personas que solicitan sus servicios. “Tenemos un matrimonio que aunque vive aquí, su hijo aún permanece en Ucrania sin poder salir. Cuentan que tiene que ir moviéndose de ciudad en ciudad con sus hijos pequeños y su mujer, entonces lo están pasando muy mal con la angustia de no poder saber cómo están en todo momento”, explica García.

También asegura que otras entidades les han comentado que los niños “vienen con el rostro plano, no son capaces de expresar sentimientos como consecuencia de su shock migratorio”, que también parece manifestarse de otras formas: “Se asustan cuando oyen un sonido un poco fuerte, porque les recuerda al de una bomba”.


La clase de castellano, donde se imparten lecciones en la sede de La Unión


Mompeán explica que con ellos se lleva a cabo un trabajo para que intenten llevar una vida lo más parecida a como lo era antes. “Escolarizarlos, apuntarlos a deportes como el fútbol… En definitiva, lo que las organizaciones que ya han tenido que trabajar con niños intentan es que olviden todo lo que han vivido. A nosotros nos viene muy bien observar cómo trabajan ellos para estar preparados si en algún momento recibimos menores”. Sin embargo, explica que la tendencia común de los ucranianos es a querer regresar tan pronto como termine la guerra, motivo por el que algunos no escolarizan a sus hijos en España.


Los voluntarios, la piedra angular de Murcia Acoge

Murcia Acoge es una organización que se sustenta en el trabajo de sus voluntarios, personas particulares que dedican una parte de su tiempo a colaborar. “Sin ellos, muchos de nuestros servicios no se podrían dar, como las clases de castellano o el servicio de educación, en el que el 100% de los profesores son voluntarios”, aunque no es necesario tener una titulación para colaborar. Existe, entre otros tantos, el voluntariado de acompañamiento de las personas extranjeras a diversas gestiones, como acudir a un centro de salud. Murcia Acoge también dispone de una bolsa de viviendas en la que los interesados pueden poner a disposición de la organización sus casas en alquiler.

En definitiva, se han requerido las labores de la organización para cubrir las necesidades que surgen como consecuencia de la guerra en Ucrania. La Región de Murcia era una de las comunidades autónomas con mayor número de ucranianos antes de la guerra, lo que ha podido servir como incentivo a los refugiados para elegirla como destino. Y a medida que la guerra continúe, existe la posibilidad de que esas cifras vayan aumentando.


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* José Ismael Martínez García
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