'La tienda de Solita' renace como restaurante y con un menú de entrañables historias
Juan Antonio Pérez Campillo, junto a su esposa, Maricarmen Castejón, ha convertido la tienda que tuvieron sus padres en El Garbanzal en el pasado siglo (el inmueble es del siglo XIX) en una taberna de alto nivel gastronómico, con la que también quiere rendir homenaje a las tiendas de ultramarinos y en la que, entre otros alicientes, luce en sus paredes el segundo lanzarote que se conserva en La Unión.
Este viernes abre sus puertas al público la nueva Taberna 'La tienda de Solita' en El Garbanzal, junto a 'Café del 33', por iniciativa de Juan Antonio y Maricarmen, un matrimonio de hijos de trabajadores de ultramarinos atraído por 'las locuras', como ha sido esta empresa, según indicaron, y que durante casi un lustro han estado trabajando en darle vida a lo que fue la tienda de los padres de él y que ahora se ha convertido en un cautivador restaurante para un máximo de 60 comensales por el buen gusto con el que se ha diseñado. Era un reto muy ilusionante, como plasmaron ambos en las jornadas previas a la puesta de largo oficial que han tenido lugar esta semana, que han servido para presentar a la sociedad unionense la taberna, figurando el periódico de La Unión y su gente entre los invitados.
El capítulo de partida fue desvelar el nombre, lo que hizo la madre de Juan Antonio, encontrándose con la emocionante sorpresa de ver como resurgía el nombre de la época en la que, junto a su esposo, llevaba la tienda de ultramarinos en este mismo lugar. Después, los sacerdotes Luis Miguel García Máiquez y Ginés Luis Vicente llevaron a cabo la bendición católica de la taberna.
Gonzalo Wandosell fue el encargado de dar a conocer la historia del inmueble con datos aportados por Juan Antonio y otros investigados. "La taberna tiene las paredes llenas de girones de la historia de El Garbanzal", comenzó diciendo el cronista oficial de La Unión, quien 'viajó en el tiempo' hasta ubicarse en 1855, cuando se creó el camino carretero que unía Cartagena y La Unión. "Entonces, El Garbanzal era una diputación de Cartagena con tres mil habitantes y un territorio similar al que actualmente ocupa La Unión. Entonces fue cuando un personaje anónimo (no se ha descubierto aún su identidad) levantó este edificio con madera de Canadá para que fuese una panadería, época de la que se conserva el horno, siendo un almancén con molino harinero de sangre. Esta fábrica funcionó como tal hasta 1920, cuando tuvo que cerrar por la crisis minera", para después continuar su relato en 1969, cuando lo adquirió Juan Sánchez-Castañól, abuelo de quien más tarde sería alcalde de La Unión. "El edificio lo traspasó a José Pérez Alcaraz y Soledad Campillo, quienes crearon una tienda de ultramarinos que estuvo funcionando hasta que en 1993 pasó a Patricio Martínez, quien puso 'La tienda de Patri', que funcionó hasta 2011". El edificio fue abandonado hasta que en 2018 lo adquiriron Juan Antonio Pérez Campello y Carmen Castejón Navarro, quienes son hijos de tenderos, "acometiendo una restauración espectacular", expresó Wandosell, llamando especialmente la atención al lanzarote que figura en uno de los salones, "sabía de la existencia del que está en el Museo Minero y me he encontrado con la sorpresa grata de que hay otro más conservado".
Juan Antonio Pérez Campillo se dirigió a continuación a los presentes para dar "la bienvenida a mi casa", que en este caso no es una frase protocolaria hecha, "pues aquí vine a vivir cuando tenía 3 años de edad y aquí pasé mi infancia y mi adolescencia, aquí tuvo momentos de felicidad (como el histórico 12-1 de España a Malta a fútbol) y de preocupación (como cuando rompió el pantano de la mina Brunita y el agua alcanzó en este lugar un metro de altura), además de que de aquí salí para casarme", expuso sobre este inmueble que, como era típico en aquellos años, tenía el negocio adosado al hogar. "Aquí aprendí los valores de los tenderos y el valor de la humanidad", continuó diciendo, agradeciendo a continuación la ayuda e implicación de Paco Preciado, Pedro Pérez Nieto, Antonio Santiago 'Ñoño' (ha diseñado el formato de las cartas) y Alfonso Almagro, con mención especial para su esposa e hijas (Carmen María y Marta). "La verdad es que he disfrutado mucho haciendo posible esta ilusión", expresó quien también ha querido rendir homenaje con 'La tienda de Solita' a sus padres y a las tiendas de ultramarinos.
Quien fue durante 8 años el hermano mayor de la Cofradía del Cristo de los Mineros y que dirige la empresa Multiser centró el siguiente capítulo de la velada en presentar al personal de la taberna, con Paco Vidal como 'chef' en cocina, donde también trabajarán Micaela y Carmen, mientras que en sala Marisa Carretero y Dylan Jesús Linares atenderá a los comensales con José María Pérez como jefe de sala.
Joaquín Zapata habló también como alcalde y como quien, en su niñez, venía a comprar huevos Kínder a la tienda que estaba en este lugar. "Este es un buen día para los que somos de La Unión y de El Garbanzal", comenzó diciendo, para después resaltar que el matrimonio anfitrión sigue rompiendo su techo a base de valentía. "Sois un regalo para La Unión".
El diseño ofrece muchos guiños al mundo minero y a 'las tiendas de siempre', como el impresionante frontal de estanterías que hay detrás de la barra, lo que entonces era habitual en estos establecimientos (quizás no siempre tan grande). En este caso, la visión supera al relato y merece la pena visitar 'La taberna de Solita'.