Alimentos afrodisíacos: mitos y realidades que debes saber
El mundo de los alimentos afrodisiacos es un mundo que ha sido y seguirá siendo estudiado por los muchos beneficios que ofrecen. Teniendo en cuenta que los alimentos afrodisiacos son los que ayudan a aumentar el deseo sexual, son muchas las personas que los incluyen en su dieta diaria para conseguir aumentar la libido y así tener más ganas de tener relaciones sexuales. Esos alimentos pueden tener diferentes orígenes, pero lo que está claro es que hay muchos mitos y realidades sobre los mismos.
Por ese motivo, con la ayuda de las expertas en contactos de pasion.com damos paso a explicar los mitos y las realidades sobre los mismos. Así sabrás qué tomar y qué no tomar para aumentar el deseo sexual.
Principales mitos sobre los alimentos afrodisiacos
Los alimentos afrodisíacos han sido objeto de muchos mitos, algunos basados en tradiciones y creencias populares más que en evidencia científica. Un mito común es que ciertos alimentos, como el chocolate o las ostras, tienen un impacto directo en el aumento del deseo sexual. Aunque el chocolate contiene feniletilamina, un compuesto que se libera en el cerebro cuando estamos enamorados, no hay pruebas concluyentes de que realmente eleve la libido. De igual forma, las ostras, conocidas por su alto contenido en zinc, han sido asociadas con un aumento de la testosterona, pero no hay evidencia científica sólida que demuestre que influyen en el deseo sexual.
Otro mito frecuente es que los alimentos picantes, como los pimientos jalapeños, pueden aumentar el deseo sexual debido a la capsaicina, que provoca una respuesta física al incrementar el ritmo cardíaco y liberar endorfinas. Sin embargo, no existen estudios que confirmen que realmente afecten el deseo sexual de manera significativa.
En muchos casos, el poder afrodisíaco atribuido a ciertos alimentos puede estar más relacionado con un efecto placebo. Si una persona cree firmemente que un alimento estimulará su libido, es posible que experimente una respuesta subjetiva basada en esa creencia. Aunque algunos nutrientes, como el zinc o la vitamina C, pueden contribuir a la salud general, es importante recordar que la mayor parte de estos mitos carece de respaldo científico real.
Alimentos afrodisiacos populares
Con la ayuda de las chicas que nos han ayudado a realizar el artículo, pasamos a mostrar algunos de los muchos alimentos que realmente son afrodisiacos. Como el listado sería demasiado largo nos hemos centrado en mostrarte los más importantes.
Chocolate
Se presenta como uno de los alimentos más afrodisiacos del mundo. Es un alimento rico, es decir, no es complicado incluirlo en una dieta. Actualmente en el mercado hay diferentes tipos de chocolate, pero como nos comentan, cuanto más puro más afrodisiaco es.
Se considera que lo es porque cuenta con feniletilamina, un compuesto que se libera en el cerebro cuando una persona está enamorada. Su sabor y su textura siempre han estado presentes en los momentos románticos, de aquí que siempre esté muy relacionado con la libido.
Fresas
Es otro de los alimentos que siempre están presentes en los momentos sexuales. No solo por su forma, también por su sabor.
Si nos centramos en sus propiedades, vemos que las fresas tienen una alta concentración de vitamina C. Gracias a esa propiedad y otras, se ha demostrado que las fresas ayudan a aumentar la energía y mejoran la circulación de la sangre. Es esa última la que ayuda a tener más ganas de tener relaciones sexuales. Aun así, los beneficios a nivel sexual todavía están en estudio.
Ostras
Es otro de los alimentos más conocidos a nivel afrodisiaco, tanto por su forma como por sus propiedades. Estamos ante un alimento que tiene una alta presencia de zinc, el cual ayuda de manera directa a la producción de testosterona.
El zinc a través de diferentes estudios se ha demostrado que es muy beneficioso a la hora de tener relaciones sexuales. Eso sumado a la forma de las ostras, podemos concluir que realmente se presenta como una gran opción a la hora de conseguir aumentar el deseo sexual.
Pimientos
Concretamente los pimientos picantes se presentan como otra opción afrodisiaca. En este caso porque tienen capsaicina. Gracias a ese extra se puede conseguir liberar endorfinas y aumentar el ritmo cardiaco, algo realmente beneficioso en las relaciones sexuales. Eso hace que la sensación de tener mayor deseo sexual sea rápido y esté presente en la gran mayoría de personas.
Miel
Es un alimento rico y con muchas propiedades. Esas propiedades pueden ayudar a la persona y así aumentar de manera directa el deseo sexual. Uno de los mayores beneficios de la miel es que tiene boro. Gracias al mismo es más fácil aumentar el nivel de las hormonas sexuales. Es un alimento que no solo ayuda a nivel sexual, sino que también es muy beneficioso para la salud.
Almendras
Otro de los muchos alimentos que contienen propiedades como vitamina E y minerales. Consumir almendras, siempre y cuando no se sea alérgico, es muy beneficioso. Mejora la salud y también permite al cuerpo tener la energía que necesita para afrontar una relación sexual.
La ciencia y los alimentos afrodisiacos
Los estudios científicos sobre los alimentos afrodisíacos indican que su influencia en la sexualidad está más vinculada a una alimentación balanceada y a factores psicológicos que a propiedades específicas. Seguir una dieta rica en frutas, verduras, proteínas y grasas saludables favorece la salud sexual, ya que optimiza la circulación sanguínea y mejora el rendimiento. Nutrientes como el zinc y el ácido fólico son esenciales para la producción de hormonas sexuales, y su carencia puede afectar el deseo sexual.
A pesar de la fama de ciertos alimentos como el chocolate o las ostras, su efectividad como afrodisíacos no está respaldada con pruebas concluyentes. El ambiente en que se consumen, como una velada romántica, tiende a ser más determinante en la excitación que el propio alimento. La clave para un mejor bienestar sexual está en adoptar un enfoque integral que incluya tanto la salud física como la emocional, en lugar de depender de alimentos específicos.