Recuerdos, emoción e ilusión en el pregón de Antonio Meroño

“¡Villanos garbanzaleños, que empiece la fiesta!”. Con esta frase cerró el fotógrafo e informado un pregón muy ameno (16 minutos) en el que, además de viajar al pasado de su infancia y juventud en la villa, explicó porqué el Garbanzal es la capital de La Unión e invitó a todos a salir “a la calle a convivir y a partir en las fiestas”, lamentando que la adicción a los móviles hayan reducido los bailes en la calle (“os lo estáis perdiendo”).



“Se me encoge el corazón…”. Fue una de las primeras palabras que vertió Antonio Meroño Clemente y bien verdad que era, pues estaba pregonando a escasos metros de donde vivió en sus 24 primeros años, hasta que el amor con “una guapa moza” garbanzaleña (Jacoba) acabó en matrimonio (ante la Virgen de los Dolores de la villa) y se trasladaron a la calle Mayor de La Unión (Herrerías), como apuntó Ana Belén García, presentadora de la gala de apertura de las fiestas, en la semblanza que ofreció del fotógrafo de profesión y pilar en el origen y desarrollo del periódico independiente La Unión de Hoy.

Estaba emocionado, pero casi nadie lo notó. El motivo es que Antonio anoche ‘jugaba en casa’, con lo que pudo desarrollar un texto bien estructurado y bien expuesto. A esta redacción dijo que, como no le gusta cansar al oyente, duraría 15 minutos. Erró por un minuto, pero más que justificado, pues fue el tiempo que tuvo que callarse por los varios momentos de aplausos que surgieron entre los asistentes.



Antonio Meroño viajó al tiempo de sus primeros 24 años que vivió en la villa. Recordó los comercios, entre los que figuraba la ‘Tienda de Meroña’, su madre. También rescató personas, las fiestas, actividades… y las garrapiñadas. Lamentó que en la actualidad “hay más móviles que bailes. Ya no se baila en la calle… ¡No sabéis lo que os perdéis!”, expresó cuando estaba en el capítulo de invitiar a todos “a salir a la calle y a convivir”, además de incitar a los vecinos a participar en la procesión y en todos los actos de las fiestas.

Otro apartado que no podía faltar es la capitalidad de El Garbanzal dentro del municipio, algo que siempre proclama. Primero recordó que el ayuntamiento estaba en El Garbanzal y que cuando, a instancias del general Milán del Bosch en 1868 se unió a Herrerías para crear el nuevo municipio, “desapareció el nombre de Herrerías, pero no El Garbanzal, que sigue vivo”. Otro dato que refuerza esa condición capitalina es lo que leyó del pregón que Asensio Sáez García ofreció en la villa en 1980 en el mismo sentido. Antonio fue presidente las fiestas durante tres años y, además de Sáez, tuvo como pregoneros a María Cegarra y a Andrés Martínez.



También mentó anoche al recordado Paco Ródenas para aclarar que el gentilicio de las gentes de El Garbanzal es garbanzaleño. Y acabó con  un trovo:
“Dejo en este pregón
recuerdos e ilusión
que llevo con emoción
guardados en mi corazón
entre El Garbanzal y La Unión.

¡Villanos garbanzaleños, que empiece la fiesta!, ¡Viva El Garbanzal, viva La Unión!”.

Antonio y Jacoba con su hija Carmen María y sus nietas Carmen y Lucía

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