Grandes nombres del pasado para premiar la defensa del presente y futuro del flamenco

Los premios ‘Pencho Cros’, ‘Rojo el Alpargatero’, “Esteban Bernal’, ‘Trovero Marín’ y ‘Carburo de Oro’ distinguieron ayer, durante la 'Agenda cultural' delfestival, a defensores e impulsores del género, con un fuerte vínculo con el Festival del Cante de las Minas.



Son los grandes nombres del pasado de La Unión, que han marcado su cultura, jondura e historia, los que dan nombre a los reconocimientos que otorga cada año el Festival Internacional Cante de las Minas, con el fin de distinguir a personas, iniciativas e instituciones que suman a este arte y lo impulsan allí donde desarrollan su labor. Es por eso que la Agenda Cultural de la jornada ha estado protagonizada por la entrega de estos premios, cuyos nombres recuerdan a algunas de las principales figuras en la historia del cante jondo, el arte de la repentización y el Festival.

El premio ‘Trovero Marín’, una distinción que “rinde homenaje al padre del trovo”, José María Marín, como bien señaló el presidente de la Fundación Cante de las Minas y alcalde de La Unión, Joaquín Zapata, lo ha recibido el Festival Internacional de Poetas de Villanueva de Tapia, ante un Salón de Actos de la Casa del Piñón abarrotado. El premio lo recogió el alcalde de la localidad malagueña, Dionisio Aguilera, junto a miembros de la organización del certamen malacitano, afirmando el “orgullo” que supone recibir este galardón, “y más viniendo de un festival de la talla del Cante de las Minas, de una marcada tradición oral”, afirmó. “Seguiremos trabajando para estar a la altura de lo que significa esta distinción”, añadieron, dedicándolo a Gerardo Páez ‘El Carpintero’, fundador del evento.

El “padre del cante minero”, ‘Rojo el Alpargatero’, da nombre a un galardón que premia la labor de peñas flamencas, siendo este año la de Sucina la destinataria por su promoción del flamenco a través del festival ‘Va de Flamenco’, un certamen que este año ha alcanzado su decimosexta edición. Los “campesinos mineros de Sucina somos muy agradecidos”, indicó Miguel Santiago, su presidente, a quien se le sumó uno de sus fundadores, Paco Avilés, emocionado, dedicándole el galardón “a todos los socios y en especial a la difunta Mercedes Ros”.

Si un nombre no podía faltar dentro de estas distinciones era el de ‘Esteban Bernal Velasco’, “cuyo tesón y valentía hizo posible este Festival”, subrayó Zapata. Precisamente, de su espíritu valiente surgió la relación del certamen unionense con el Corral de la Morería, institución que ha sido merecedora de este galardón. “Este premio es fundamentalmente un reconocimiento a mis padres, Blanca y Manuel del Rey”, afirmó el director del tablao madrileño, Juan Manuel Del Rey, que los definió como “enamorados de las artes, la cultura y el flamenco”. Blanca del Rey, que le acompañó, no dejó pasar la oportunidad para alabar el arte del hijo del fundador, Esteban Bernal Aguirre, creador del trofeo que ya tenía en sus manos, además de poner el título de “costaleros del Festival” a todas las personas que impulsan el Festival, en el que “Esteban puso la primera piedra”.



El premio del “minero que cantaba”

Hace años que el cantaor unionense Pencho Cros pasó a ser recuerdo de la ciudad de La Unión. Sin embargo, el espíritu de este “minero que cantaba y aunó en su arte el sentimiento hondo y el cante más genuino”, tal y como lo describió Zapata, sigue presente a través de los galardones que llevan su nombre y que han querido en esta 62ª edición reconocer a “todas esas personas y entidades que hacéis grande el mundo del flamenco”. En la labor de mecenazgo, Lorquimur ha sabido entender el importante compromiso que tienen las empresas con la sociedad. En palabras de Ginés Méndez Valverde, director de la sociedad lorquina, “solo tratamos de devolver a la sociedad, a través de la cultura, todo lo que está nos da”. En cuanto a la difusión, el Cante de las Minas ha reconocido al Festival Rivas Flamenca, una iniciativa que destaca por su “hermandad con La Unión”, según indicó su director, José Antonio Andújar, quien aprovechó para mostrar su deseo de que “los ganadores de cada año del Cante de las Minas formen parte del nuestro cartel y lo compartan con los grandes nombres del género que vienen aquí cada año”; algo que ya sucedió en el año 2021.

Esos lazos con el Festival Internacional del Cante de las Minas también se extienden a la figura del guitarrista sevillano Eduardo Rebollar, galardonado por su labor divulgativa. Nervioso, por su costumbre de estar siempre acompañado de su guitarra al subirse a un escenario, recogió el premio en compañía de la bailaora Yolanda Lorenzo, dedicando el premio a las madres. “Venir a este festival es el sueño de cualquier artista”, afirmó.

Si la divulgación y difusión del flamenco son tareas imprescindibles, la conservación del mismo no es menos importante. De ella se encargan personas como Carlos Martín, reconocido por mantener y preservar una de las colecciones sonoras más importantes del país. “Salvaguardar y conservar el patrimonio es fundamental” afirmó Martín, quien reclamó una mayor implicación por parte de las instituciones en la conservación de este legado que ayuda a “comprender mejor lo que somos como país”.

Fue Manuel Bohórquez el que recibió el último ‘Pencho Cros’ por su labor como investigador, un aspecto “abandonado por las instituciones”, que agradeció que reconociera el Festival. “No es fácil jugársela dándole un premio a un crítico, que alguna vez ha criticado al Festival, porque ese es mi trabajo”, confesó, dando gracias a La Unión y al recuerdo de Pencho Cros, a quien conoció personalmente.


Carburos con brillo propio

El carburo alumbraba al minero en la oscuridad de la galería. Del mismo modo, ocurre con la Cátedra de Flamencología de Córdoba y el periodista conquense, Rafael Manjavacas, dos pioneros que han iluminado el camino del flamenco en dos ámbitos tan dispares como el periodístico y académico. “Ser reconocidos por un festival de tanto prestigio nos da más oxígeno y aliento para continuar avanzando en esta labor”, afirmó David Pino, director de la Cátedra, que estuvo acompañado da Antonio Arenas, vicerrector de la UCO. Por su parte, Rafael Manjavacas quiso dedicar este premio a La Unión, “una ciudad que nos acoge desde el primer día y nos hace formar parte de la familia del Festival”.


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