‘Sobre Roche. Matizaciones’
Francisco Bastida Martínez, autor de la obra ‘Roche, por ejemplo’, corrige algunos datos que no se correspondían con la realidad en el artículo dedicado al Condado de Roche en la sección ‘Olvidados por la historia’.
"He leído con detenimiento el artículo ‘Olvidados de la historia. El Condado de Roche’ de José Antonio Muñoz Devesa en el periódico La Unión de hoy. Tras las primeras consideraciones sobre algunas de las causas del olvido del pueblo, que comparto totalmente, con el resto me he sorprendido por los errores, inexactitudes, confusiones…, por lo que me apresuro a clarificar algunos de los desaciertos sobre mi pueblo (*).
Inicia afirmando que “los orígenes de Roche son relativamente recientes”. Pues el primer censo de Roche se hizo en 1562, aunque hay indicios y datos de que la ocupación por algunas familias que se instalaron aquí para explotar el alumbre fue entre 1530-35.
Después asegura que “los orígenes del Condado de Roche se remontan al primer tercio del siglo XVIII”. Sin embargo, el título nobiliario de Castilla fue comprado por José Antonio López de Oliver y Texedo, hijo de Antonio López y de Oliver y doña Mariana Texedo de Teruel Sizilia, a finales del siglo XVIII, en 1776, al Monasterio Zaragozano de Santa Engracia, de la orden de los jerónimos por 22.000 ducados. Dicho título fue otorgado a este monasterio por el Rey Fernando VI, acto generoso que hacían los reyes (otorgar títulos nobiliarios) para que los vendiesen y pudieran atender alguna necesidad, en este caso reparar la fachada del monasterio.
El título fue ratificado por Carlos IV en 1789, finales del siglo XVIII. O sea, que el conde fue José Antonio, hijo de Antonio y Mariana. Y al elegir nombre para ‘su condado’ pensaron en la finca más grande que poseía don Antonio, que era la de Roche, heredada por su esposa doña Mariana de su primer marido.
Del primer conde no tenemos ninguna noticia de que viniese de Madrid a Roche. El que sí venía, cuando era la recogida de la cosecha o a cobrar préstamos que hacía a algún vecino de Roche, era su hermano Josef Ignacio. La casa con el escudo del “Fulgencio Fuster y López de Oliver […] fue el último Conde que vivió en Roche”. Insistimos en que ninguno de los condes vivió en Roche; éste, don Fulgencio Fuster, el cuarto, vivía en Murcia, siendo alcalde de esta ciudad desde el 1 de mayo de 1844 hasta el 1 de enero de 1846. Su hijo, Enrique Fulgencio Fuster López y López de Oliver fue el único miembro de la familia que estuvo en Roche dos veces: la primera cuando vino a Cartagena a ver una obra de teatro en 1889 y pasó la noche en la casa; la segunda ocasión, el 19 de junio de 1904, fue cuando enterraron a su padre delante del altar, pues eran todavía patrones de la iglesia: el padre fue exhumado del cementerio de Aljucer, cerca de Murcia, donde había sido enterrado de primeras, para traerlo posteriormente a Roche.
Más adelante afirma que “otra dependencia que edificaron los condes de Roche fue la Torreta”, y que era una casa enorme donde se alojaban los señores (condes) y los labradores. Esto es fruto de una confusión: efectivamente, describe las características de la conocida como Casa del Conde, pero además insiste en el error de que los señores, los Condes, vivían en ella, y la denomina La Torreta. Todos los rocheños sabemos que La Torreta es la otra finca grande que hay en Roche y se encuentra a unos 500 metros al sur de la Casa del Conde y de la ermita. Ésta tiene una torre de palomar rematada por un techo piramidal que es la que le da la denominación de La Torreta, y es diferente del palomar almenado de la Casa del Conde.
La dirección General de Bienes Culturales, a petición y con documentos que presentó la Asociación de Vecinos de Roche, declaró a la modesta torrecilla palomar Bien Inventariado, en 2012.
Y una nota final, el escudo que hay en la torre de la Horadada, que hoy pertenece a la IX condesa, Dª María del Carmen Fuster Martínez, no es el del Conde de Roche, que sí lo son el de la ermita y la Casa del Conde; el de la torre de la Horadada pertenece exclusivamente a la estirpe Fuster, como lo son los que hay pintados en la pared del amplio salón de entrada a la casa anexa a la torre. Pero al unirse las familias López de Oliver y Fuster, las señales o muebles de ambos (lobos, olivo, osa atada al árbol, etc.) están incorporados y presentes en el escudo del Conde de Roche.
Señor Muñoz Devesa, no quiera ver en las anteriores líneas ningún atisbo pretencioso o humillante; sólo he intentado señalar algunos errores que al paso del tiempo se fijan como ciertos en los lectores. Creo que las confusiones de este digno trabajo se deben probablemente a haber usado una documentación errónea y sin corroboración.
Recomiendo consultar el libro ‘Roche, por ejemplo’, que se encuentra en todas las librerías de La Unión y alguna de Cartagena”.
(*) Nota de redacción:
José Antonio Muñoz Devesa lleva una meritoria labor de recuperar los ‘olvidados por la historia’ en su tierra natal (La Unión) y en San Pedro del Pinatar, lo que está permitiendo hacer justicia a personas que dejaron profunda huella y a los que el paso del tiempo ha convertido en desconocidos para la mayoría de nuevas generaciones. En esta segunda localidad ese arduo trabajo labor se ve favorecida por la disponibilidad del archivo municipal, lo que no sucede en La Unión, por lo que en ocasiones recurre a la información que existe en internet. En este caso han estado ahí los errores del artículo, pues hay portales antiguos que siguen en la gran red y cuyo contenido ha quedado desfasado con el paso de los años por nuevos descubrimientos, pero que, al parecer, nadie sabe como modificar su contenido o cerrarlos. En este caso, hemos tenido la inmensa suerte de que Francisco Bastida Martínez, autor del libro ‘Roche, por ejemplo’ (obra del año 2017 que en unas seiscientas obras recoge la historia rochera y de la que se puede conocer más pinchando AQUÍ) es también lector del periódico independiente de La Unión, con el que ha contactado para ofrecerse a corregir esos errores y que así la información que lleva a los vecinos sea lo más rigurosa posible. A ambos damos las gracias desde La Unión de Hoy.
