“Tiene que existir un diálogo entre la escultura y el espectador”

El artista unionense lleva un intenso año de trabajo, en el que, entre otras obras, ha creado las tallas del Santo Amor de San Juan para Archena y de la Sagrada Familia para Yecla, entre otras, además de varias restauraciones.



Galo Conesa Vargas (La Unión, 1959) ha superado las dos décadas desde que se adentró plenamente en el mundo del arte escultórico, terreno en el que su obra cada vez está más extendida en el terreno geográfico por el territorio español e incluso más allá, como fue un trabajo suyo, San Juan, que viajó el pasado año a Amsterdam (Holanda).

En esta ocasión nos centramos en la parcela de la imaginería pasionaria y en un último año muy intenso de trabajo, en el que ha creado el grupo del Santo Amor de San Juan para la Hermandad de San Juan Evangelista de Archena, la cual será bendecida en el próximo Domingo de Ramos y se estrenará en la procesión del Miércoles Santo de dicha localidad. A dicha obra se han unido una Sagrada Familia para Yecla y el encargo de un particular de un Cristo Crucificado, además de las restauraciones llevadas a cabo con el Cristo de la Flagelación de Alhama, talla a la que ha aplicado na nueva policromía; de María del Dulce Nombre, de Alhama; y del grupo del Mensaje del Ángel-Sepulcro Vacío, que él mismo creó en el año 2006 para la Cofradía del Cristo Resucitado de la Semana Santa de Cartagena. A nivel unionense, figuran el San Juan Evangelista que se estrenó en la procesión infantil ‘Niños de la gavia’ del pasado año y la estatuilla de premio Asensio Sáez del Festival del Cante de las Minas.



San Juan Evangelista Niño, un ejemplo del espíritu minero-religioso, es también actualidad porque ha sido seleccionada para la décimo cuarta edición del premio que concede el portal artístico La Hornacina entre nuevas imágenes sacras de diferentes puntos del territorio español: pinchar aquí

Nos interesamos en primer lugar por la parcela de la nueva creación. “Una escultura, como cualquier obra, tiene que conectar con la persona que la contempla, que es su destinatario. Tiene que existir un diálogo entre la imagen y el espectador, pues de no ser así estaría vacía”, explica, añadiendo que la imaginería “es un campo muy especial, pues no basta con un buen trabajo técnico anatómico. Tiene que existir esa conexión y más si se trata de una obra religiosa dedicada al culto. Ahí, especialmente, la imagen tiene que hablar, pues la persona que se dirige a ella va a contarle cosas”, indica quien suele trabajar la madera de tilo (procedente de bosques franceses), de cedro y de pino sueco.

Pasamos a las restauraciones. “Los principales desperfectos están en grietas por el paso del tiempo y en arañazos, muchas veces generados por sus traslados al trono”. Lo mismo encontró en su obra resucitada del ‘Mensaje del Ángel’, pero en este caso apunta que ha aprovechado para mejorarla en la policromía y algunos detalles, pues ahora “cuento con quince años más de experiencia de cuando la hice”, apunta remarcando que la obra de un artista “debe estar siempre en constante evolución”.

También hay que indicar que Galo Conesa también ofreció recientemente una conferencia sobre el arte de la escultura en la cofradía cartagenera del Resucitado, la cual tuvo como epicentro las obras del unionense que se encuentran en la iglesia de Alcaraz (Albacete). También tiene ‘hijos’ en Cuenta, Alciante, Almería, País Vasco… “y en más de la mitad de pueblos de la Región de Murcia”.

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