"Escuche 'auxilio' y entré"

Diego y Maricarmen estaban en la vivienda situada sobre el edificio que sufrió anoche el derrumbe. "Todo retumbó", exponen. El hombre bajó a la calle y vio la persiana de la planta baja reventada. Al escuchar que pedían ayudar cogió una linterna y accedió al oscuro interior, sacando a dos niños de la tercera planta. El matrimonio tuvo un problema con el techo de su casa hace unos años, "nos costó 40.000 euros solucionarlo y vivimos unos meses muy duros", exponen.



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Durante la elaboración de este reportaje hemos conocido que, al menos, dos hombres de otras viviendas entraron en los primeros momentos al interior del edificio. Sin duda, tiene mucho mérito el valor de estas personas de adentrarse en un lugar que acaba de sufrir un derrumbamiento parcial y donde existe el riesgo de perder la vida si se entra. Diego afirma que lo tuvo claro desde el primer momento, "pues son personas a las que conozco desde hace veinte años y por mis vecinos lo hago sin dudarlo", afirma. Su esposa y él escucharon una muy fuerte explosion, pues su casa está pared con pared con el edificio siniestrado. "Todo retumbó y pensamos que podía ser la explosión de una botella de butano", exponen. Salieron a la calle y vieron la persiana de la planta baja doblada por la onda expansiva. "Entonces escuché que pedían auxilio y, con una linterna de pesca, entré entré por la oscuridad provocada por el corte de luz y el humo". Subió hasta la tercera planta y bajó a dos niños.

Diego nos habla del ayer y Maricarmen, por su parte, lo hace del 'mañana' en base a su experiencia. "Lo pasé muy mal en esos momentos y más pensando lo que pasamos nosotros hace unos cinco años. Nos salió una raja en el techo y cuando  mi cuñado, que es trabajador de la construcción, lo vio descubrió que era mucho más. Teníamos aluminosis en el inmueble y resulta que la aseguradorea (Línea Directa) no se hizo cargo y no se pudo actuar contra el constructor porque el posible delito había prescrito. Hubo que contratar un arquitecto y estar cuatro meses sin habitar nuestra casa. Nos costó todo cuarenta mil euros y no tuvimos ayuda alguna. Todo fue un shock para nosotros con momentos muy duros; una situaicón que no deseo al peor enemigo", relata Maricarmen.

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