Cante de las Minas: María Alcaraz Rubio, viuda del minero
Es de esas personas que tiene la sonrisa como parte de su gesto. Quién diría que tras ella se esconden muchos años de sufrimiento, con un marido minero al que se aferró la silicosis, y de trabajo, porque ella también tuvo que contribuir para sacar a su familia adelante. Este año recibe el homenaje que el festival internacional flamenco de La Unión tributa a la viuda del minero.
Con tan solo 9 años, Francisco Caparrós Díaz comenzó a trabajar en el entorno minero tras venirse con 5 años desde el pueblo en el que vivía, entre Almería y Águilas, buscando dónde ganar más dinero. Se encontró con María Alcaraz porque se instaló tan solo una calle más arriba. “Llevaba unas esparteñas todas rotas, con la mitad del pie en el sueño, porque no tenían ni para comprar”, recuerda de las primeras veces que le vio. Lo que no recuerda son los detalles de cómo “se arregló” con él, pero al final sus caminos se cruzaron. Francisco, ‘El Jopi’, que falleció el 13 de marzo de 2008, trabajó de amainador corriendo cunas e iba moviéndose de una mina a otra, según donde se ganaba más. Con 40 años ya tenía silicosis aunque estuvo más de una década trabajando después en lo que podía. Recuerda que a Francisco lo que más le gustaba del Cante de las Minas eran los trovos, y que iba a ver el Festival porque el entonces alcalde, Esteban Bernal Velasco, les regalaba las entradas a los mineros, “porque antes los mineros no pagaban”, afirma.
María Alcaraz Rubio también trabajó, limpiando casas a diario, ayudando algunos días en la carnicería, en la farmacia y hasta limpiando el cementerio. Dice, con pesar, que ha tenido “una vida muy mala, de mucho trabajar”, y ahora se emociona al recibir este homenaje, recordando a su marido. “Si estuviera aquí él, estaría mejor”, señala la viuda del minero.