"Tengo mucha ilusión por cantar en la 'Catedral del cante', pero también nervios"

En los últimos tiempos no es habitual ver artistas unionenses participando en el concurso del Cante de las Minas. Sin embargo, este año no será así, pues un chaval unionense de 11 años de edad logró, en lo que fue en Torrevieja su debut con público, billete para la semifinal. Es Rosendo García Fernández, la quinta generación del 'ADN flamenco de los Fernández'. El jueves próximo podremos escuchar su voz y verlo sobre el escenario del espacio flamenco más mágico en su tierra.



Rosendo García Fernández, hijo de Antonia Fernández Santiago y de José Manuel García Carbonell, vino al mundo el 23 de agosto de 2010, dentro de una rama familiar de fuerte torrente sanguíneo flamenco, cuya semilla comenzaron a sembrar sus tatarabuelos, continuando después poner sólidos cimientos su bisabuelo Antonio Fernández, quien fue guitarrista oficial del Cante de las Minas, título que prolongó en la familia su hijo Rosendo, hermano de Encarnación Fernández, la dos veces ganadora de la 'Lámpara minera'. La relación se amplía con los tíos del chaval, el cantaor Pedro Fernández Santiago y el percusionista Antonio Fernández 'Güito'.

Y así llegamos a la quinta generación, de la que el primer exponente es el joven Rosendo García Jiménez, con quien el periódico de La Unión ha tenido ocasión de conversar en su domicilio de la calle del Tranvía, junto a su madre, Antonia Fernández, y sus abuelos maternos Rosendo Fernández Fernández y Dolores Santiago Fernández. "El chico nació cantaor porque lo lleva en la sangre", proclama su abuelo, apuntando que casi aprendió a cantar a la par que comenzó a hablar, lo que confirma el joven Rosendo al decir que se recuerda "cantando con tres años de edad".



Rosendo García Fernández canta todos los palos flamencos, pero descubrimos que su cultura musical va más lejos, pues también canta rumba y otros estilos modernos, además de que toca la guitarra, el piano e instrumentos de percusión, como la batería, nos informa su abuela mientras su nieto asiente con la cabeza.

Estudia sexto de Primaria en el colegio Alfonso X El Sabio, donde no ha podido compartir con sus compañeros de clase el éxito que ha tenido al meterse en las semifinales del 61 Festival Internacional del Cante de las Minas ya que había finalizado el curso escolar. Lo llamativo es que su actuación en la fase clasificatoria de Torrevieja resultó ser la primera vez que cantaba ante un público que no fuesen familiares y amigos. "Estaba un poco nervioso y acudí con el objetivo de ir mejorando en el flamenco, pero tenía una remota ambición de que podía clasificarme y me llevé una gran alegría", relata quien sobre el escenario cantó una minera, una taranta y una bulería, "el palo que más me gusta".

Ahora llega un momento muy grande, como es actuar la 'Catedral del Cante', lo que tendrá lugar el próximo jueves 4 de agosto. "Tengo tanta ilusión como nervios", expresa, apuntando su abuelo que es normal porque se trata "del mejor festival flamenco del mundo, que se celebra en un lugar único y que impone hasta a los súperartistas del flamenco". Ambos coinciden en indicar que estar en las semifinales "ya es un logro".



Rosendo Fernández Fernández es quien lo está formando y encauzando en el flamenco. Lo hace sin pausa, pero sin prisa y siempre con los pies en el suelo. "Lo que no tiene que hacer nunca es creérselo, pues un artista nunca termina de aprender y si en algún momento se lo cree, a partir de ahí irá para atrás", asevera quien está muy orgulloso del nivel que va adquiriendo su nieto y que también apunta que 'el filón flamenco de la familia Fernández' no acaba ahí, pues por detrás ya empiezan a asomar otros 'minerales flamencos'.

Rosendo García Fernández, con 11 años de edad, está viviendo un momento muy especial. Desea llegar a ser artista profesional, pero es consciente que ahora mismo es un 'hobby' y que no debe descuidar otros terrenos básicos para su futuro, lo que no quita para que ahora disfrute de cantar en su tierra con el marco del Cante de las Minas. Todo un honor, todo un privilegio, todo un sueño.

 

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