ADN de emociones
La séptima edición de concurso trovero del Cante de las Minas, al margen del concurso y distinciones, tuvo momentos muy especiales con Antonio Piñana contemplando a su nieto tocar la guitarra, con Lydia Martin escuchando los trovos que le dedicaba su hermana y con familiares de 'Conejo II' entregando el primer premio del certamen.
La saga Piñana tiene cuerda (de guitarra, por supuesto) para rato, como atestiguó Rafael Piñana Bermúdez, cuando apareció en el escenario del salón de actos de la Casa del Piñón para ofrecer un solo con su abuelo, Antonio Piñana, 'Heraldo' de esta edición del certamen 'Pascual García Mateos' y quien fue el primer guitarrista oficial del Festival del Cante de las Minas, contemplando al que formará parte de la nueva generación desde que una familia que está vinculada a la guitarra desde hace más de un siglo. Antonio también recordó que su padre acompañó al trovero Ángel Roca muchos años.
También fue especial la tarde para Lydia Martín, 'Musa' del certamen, no sólo porque se multiplicó, ya que no descuidó su labor de elaborar las notas de prensa del certamen, como hace con todo lo que sucede en el Cante de las Minas (sus crónicas periodísticas son de las mejores que ha tenido el festival), sino porque quien un año atrás presentaba este concurso ahora ejercía de inspiración de troveros. Sin embargo, la repentización especial vino por parte de su hermana Natalia, 'La niña de La Magdalena', quien le ofreció trovos cantandos, de los que entresacamos: "... Musa eres este día, pero siempre furza y valentína (...) Tu brillo siempre inunda al trovo y a La Unión de mirada limpia y pura y de sonrisa marinera con esencia portmanera". Lydia, por su parte, hizo un llamamiento a los jóvenes “para descubrir y respaldar el arte de la repentización y hacer que esta tradición se mantenga con el paso del tiempo desde el respeto a sus raíces”.
Otro momento para recordar fue cuando el alcalde y presidente de la Fundación del Cante de las Minas, Joaquín Zapata, fue a entregar el premio 'Ángel Cegarra-Conejo II' al vencedor, Juan Diego Celdrán, proponiendo entonces a su nuera, Sara, quien se encontraba entre el público, que protagonizase la entrega. Subió acompañada de Juan Manuel Cegarra Pedreño, nieto del recordado trovero que nos dejó hace quince años, quien también ofreció un fugaz y emotivo trovo.